Apagando velitas
En agosto, se conmemoró ocho años de la instauración
de la Orden de
las Vírgenes en la Diócesis
de Lurín. Con este motivo, participaron de una misa conmemorativa que se
desarrolló el 15 de agosto en el
seminario de la Diócesis
de Lurín −concelebrada por el Obispo Carlos García− en el marco del Día de la
fiesta de la Asunción
de la Santísima
Virgen María.
María Eloiza Pachas Arcos, Lea Criza Juan de Dios
Salvador, María del Angel Alata Chuclla y Blanca León Rondinel, entre otras
hermanas, integran la Orden de las
Vírgenes Consagradas de la Diócesis de Lurín, Orden que fue instaurada en
nuestra Diócesis de Lurín (Lima Sur) el
19 de agosto del año 2005 −Decreto Episcopal 157-05, emitido por el Primer
Obispo de la Diócesis de Lurín José Ramón Gurruchaga Ezama−.
La orden en las primeras comunidades cristianas
La Orden de las Vírgenes se caracteriza porque es la
más antigua forma de consagración femenina. Surgió en el seno de las primeras
comunidades cristianas de la Iglesia. En
los Hechos de los Apóstoles ofrecen
un ejemplo (21, 8-9): “Entramos en casa de Felipe el evangelista,
que era uno de los siete, y nos hospedamos en su casa. Tenía cuatro hijas
vírgenes que profetizaban”.
En el siglo IV, aparecen dos hechos nuevos: las
vírgenes cristianas son cada vez más numerosas y comienzan a reunirse en
comunidades; por otra parte, entran en su estado por una ceremonia litúrgica. Además,
en este siglo es cuando aparecen los monasterios en todos los países; muchas de
ellas renuncian a la independencia de la que gozaban sus antecesoras, para
llevar la vida en común en grupos más o menos numerosos.
En los siglos V
y VI, si bien los Papas, y en particular Gregorio El Grande, favorecían
la vida en común, las vírgenes consagradas que vivían en pleno mundo, permanecían.
Es decir, las dos instituciones
coexistían.
En los siglos posteriores esta forma de vida
consagrada fue desapareciendo pero luego resurgió a partir del Concilio
Vaticano II. En 1970, gracias a la revisión del ritual de la Consagración de
las Vírgenes, la Iglesia recuperó oficialmente una institución de la que se
gloriaba en los primeros siglos.
Primeras consagraciones en la Diócesis de Lurín
Cabe señalar que en nuestra Diócesis el P. José María
Cabrero Abascal, misionero diocesano de la Arquidiócesis de Toledo, que ejerció
su ministerio entre los años 2000 y 2005 en nuestra diócesis, tramitó ante el
Obispado de Lurín la instauración de la Orden y la respectiva consagración de
las primeras consagradas: María Eloiza Pachas Arcos y Lea Criza Juan de Dios
Salvador. Posteriormente, se han integrado más personas a esta Orden.
De otro lado, algunas de las características de la
Orden de las Vírgenes son: que al consagrarse no se vinculan a ningún grupo, asociación
o institución, sino que se trata de una consagración individual sin reglas
comunitarias, su única comunidad es la Iglesia universal a través de su propia
diócesis. Pero pueden asociarse entre sí, sin embargo esas asociaciones ni
afectan al Orden de las Vírgenes, ni a la identidad de la virgen como tal.
Asimismo, esta consagración, reservada únicamente a las mujeres, no puede
conferirse ni a las viudas ni a las que hayan vivido en estado opuesto a la
virginidad.
Desde este espacio les enviamos saludos y bendiciones
a nuestras hermanas en la labor que realizan.
¡Feliz aniversario!
No hay comentarios:
Publicar un comentario