lunes, 17 de mayo de 2010

MADRE DE DIOS: MADRES QUE REHABILITAN A SUS HIJOS


A sus 26 años mamá Doris hace gala de su fortaleza - y de que no somos el sexo débil- para dar una mejor calidad de vida a su hija Andrea. Sosteniéndose en los pilares que son su familia, el Centro de Terapia y Rehabilitación Física “Madre de Dios” de la parroquia Inmaculada Concepción y su fe en el Señor.
La sonrisa que se dibuja en su rostro nos dice que Andreita por fin logró caminar, que el haber dejado su trabajo formal, en una empresa textil, para dedicarse de lleno a las terapias de rehabilitación de su hija y a darle puntual sus alimentos: han dado sus frutos.
“Andrea tiene tres años y está enferma de hipotonía y casi a los tres años empezó a caminar. Fue para mi el mejor regalo que he recibido” me dijo Doris. Miré o navegué en Google y encontré lo siguiente:
La hipotonía puede afectar a niños y adultos. Los bebés hipotónicos parecen flácidos y se siente como si fueran "muñecos de trapo" al cargarlos.
Recuerdo a la inquieta Andreíta caminando y explorando lo que había a su paso, mientras su mamá y yo conversábamos. Entonces pienso que Andrea está muy lejos de ser una muñeca de trapo. La hermana pasionista Patricia Yañez, coordinadora del centro “Madre de Dios” me cuenta que Andreíta vino por primera vez gateando y gateaba mal. Con las terapias empezó primero a gatear como debe ser y luego a dar los pasos anhelados por su madre. Ahora la pequeña hasta baila huayno. Su abuelita Modesta, que es de la provincia de Ayacucho, tararea los huaynos y aplaude. Andrea, manos a la cintura, zapatea, sonríe y su madre piensa que esa es la mejor recompensa…
“Valen la pena los sacrificios. El levantarme más temprano para atender a Andrea y luego ir a vender golosinas y papas rellenas a las afueras de un colegio cerca de mi casa. Luego volver y preparar sus alimentos en una ollita aparte para ella. Los días que toca terapia redoblar esfuerzos y estar puntual en sus citas. Mientras ella duerme también sigo trabajando para dejar todo listo para el día siguiente. Ahora mi meta es lograr que mejore su lenguaje a través de las terapias en el Centro Madre de Dios”.
El equipo humano del Centro de Terapia y Rehabilitación Física Madre de Dios a la fecha ha atendido 4865 sesiones de terapia para niños y adultos, 3955 en terapia de lenguaje, 1200 en psicología y 1034 en medicina general.
La historia del centro empezó en el 2001 cuando las hermanas pasionistas ubicaron casos sociales de niños con problemas de discapacidad, familias con problemas económicos para pagar las terapias, el taxi y movilizarse a más de dos horas de Villa El Salvador. Los casos aumentaron. Entonces decidieron primero tener un módulo de atención en la “Casita de la Caridad” de la parroquia Inmaculada Concepción, que contó con el apoyo de profesionales voluntarios, practicantes de terapia y el auspicio de la Fundación Liliane Fonds de Holanda.
Muy pronto la casita quedó también chica, los niños ya eran más de cincuenta. Dios mediante llegaron misioneros de España, de la parroquia de Arges de la Diócesis de Toledo y compartieron la idea de la construcción de un centro mucho más amplio y equipado. Es así que se formuló un proyecto que llegó a ser realidad gracias al apoyo de la parroquia Inmaculada Concepción, la Joyería Roselin de España y EUNTES, de la Diócesis de Toledo.
En junio el centro cumple su segundo aniversario. Por ello el martes 8 de junio tendrán una misa en la capilla San José y del 7 al 11 de junio una campaña de salud con evaluaciones médicas a costo social.

La pequeña Andrea y su mamá Doris agradecen el apoyo que el Centro de Terapia y Rehabilitación Física Madre de Dios les brinda. Antes tenían que ir muy lejos y el costo de las terapias era muy alto y cada vez que han necesitado un apoyo extra se lo han dado. “Si tienen un hijo o hija con estos problemas no los descuiden. Llévenlos desde muy pequeños a terapia porque cuando sean más grandes será más difícil su rehabilitación” manifestó la mamá coraje Doris Salcedo.
Pero ella no es la única.“La mamá de los gemelos con Síndrome de Down - hoy estudian en una escuela inclusiva- lucha por sus hijos, al igual que todas las madres que les tocó vivir una vida distinta. Aunque sus hijos están grandes son muy dependientes de ellas, pues tienen que darles de comer en la boca y cambiarles los pañales”, recalca la hermana pasionista.

Desde aquí nuestro homenaje a estas madres doblemente luchadoras y el agradecimiento a todos los que han hecho posible esta obra de pastoral social, desde las personas que están en España hasta las personas profesionales y voluntarias en Villa El Salvador. Como aquel joven voluntario que ayuda a cargar a los niños más grandes y adolescentes que necesitan ser trasladados al centro Madre de Dios para recibir terapias, - cuyas madres tienen la columna adolorida de tanto cargarlos hasta su silla de ruedas o a la movilidad, pero con la sonrisa a flor de piel para darle ánimos a sus pequeñuelos...
Centro de Terapia y Rehabilitación Madre de Dios Av. Bolivar Sector 6, grupo 7ª Villa El Salvador Informes 287 4645.
Sara Orós García